SAN DIEGO – Un nuevo libro polémico del psicólogo Jonathan Haidt se lamenta por La generación ansiosa. La cantidad de estudiantes secundarios privados de sueño ha trepado al 13%en Estados Unidos, y los jóvenes, efectivamente, tienen motivos para estar nerviosos. Si bien Haidt les echa la culpa a las redes sociales, los miembros de la Generación Z también deben preocuparse por los niveles de deuda irresponsables que los nacidos en la posguerra (baby boomers) y las Generaciones X e Y (millenials) les están endilgando sobre sus espaldas estrechas.
Como porcentaje del PIB, la deuda de Estados Unidos está superando aceleradamente los niveles récord de la Segunda Guerra Mundial. Los pagos de intereses este año se comerán el 13,5% del presupuesto federal, un incremento de 2,6 veces con respecto a 2021. La mitad de los jóvenes adultos no cree que alguna vez vaya a poder comprarse una casa; sin embargo, les pedirán que paguen el despilfarro de sus abuelos. Inclusive ahora, CNBC reporta que una cuarta parte de la Generación Z dice que necesita un terapeuta para lidiar con la ansiedad de la declaración de impuestos.
Hace una decena de años -cuando prevalecían las tasas de interés mínimas-, algunos de nosotros empezábamos a instar al Tesoro de Estados Unidos a que consolidara esos términos de endeudamiento favorables emitiendo bonos superlargos a 50 y 100 años. Eso habría ayudado a impedir que el gasto de hoy afectara a las generaciones futuras. Pero el Tesoro en general se aferró al endeudamiento a corto plazo, con una duración promedio de los bonos de apenas cinco años. Como resultado de ello, ahora está prorrogando los vencimientos de deuda a un costo más empinado.
SAN DIEGO – Un nuevo libro polémico del psicólogo Jonathan Haidt se lamenta por La generación ansiosa. La cantidad de estudiantes secundarios privados de sueño ha trepado al 13%en Estados Unidos, y los jóvenes, efectivamente, tienen motivos para estar nerviosos. Si bien Haidt les echa la culpa a las redes sociales, los miembros de la Generación Z también deben preocuparse por los niveles de deuda irresponsables que los nacidos en la posguerra (baby boomers) y las Generaciones X e Y (millenials) les están endilgando sobre sus espaldas estrechas.
Como porcentaje del PIB, la deuda de Estados Unidos está superando aceleradamente los niveles récord de la Segunda Guerra Mundial. Los pagos de intereses este año se comerán el 13,5% del presupuesto federal, un incremento de 2,6 veces con respecto a 2021. La mitad de los jóvenes adultos no cree que alguna vez vaya a poder comprarse una casa; sin embargo, les pedirán que paguen el despilfarro de sus abuelos. Inclusive ahora, CNBC reporta que una cuarta parte de la Generación Z dice que necesita un terapeuta para lidiar con la ansiedad de la declaración de impuestos.
Hace una decena de años -cuando prevalecían las tasas de interés mínimas-, algunos de nosotros empezábamos a instar al Tesoro de Estados Unidos a que consolidara esos términos de endeudamiento favorables emitiendo bonos superlargos a 50 y 100 años. Eso habría ayudado a impedir que el gasto de hoy afectara a las generaciones futuras. Pero el Tesoro en general se aferró al endeudamiento a corto plazo, con una duración promedio de los bonos de apenas cinco años. Como resultado de ello, ahora está prorrogando los vencimientos de deuda a un costo más empinado.