NUEVA DELHI – Con cerca de 968 millones de personas registradas para ir las urnas, las próximas elecciones generales de la India (que se celebrarán a lo largo de varias semanas de abril y mayo) será el ejercicio democrático más grande de su historia. Sin embargo sobre ellas vuelan preguntas acerca del futuro de la democracia india misma.
Tras una década en que el Primer Ministro y su Partido Bharatiya Janata (BJP) han tenido las riendas del poder, la cultura y las instituciones democráticas del país han quedado muy afectadas. Con demasiada frecuencia, el régimen del BJP ha amenazado las manifestaciones de disenso y, en consecuencia, la cultura democrática de la nación se ha ido alejando del pluralismo. Es evidente que las libertades civiles y de expresión han sufrido presiones, con la represión e intimidación del partido a sus oponentes políticos, manifestantes estudiantiles, organizaciones mediáticas, periodistas independientes y organizaciones de defensa de los derechos humanos.
Entre otras cosas, las autoridades han apuntado y arrestado a periodistas y activistas con acusaciones de sedición, sencillamente porque daban cobertura a manifestaciones de agricultores y pusieron al descubierto abusos de poder. Han presionado a plataformas de redes sociales y periódicos de prensa masiva para que retiren contenidos críticos hacia el régimen. Han cerrado cuentas de redes sociales y el acceso a internet en áreas donde se están organizando manifestaciones de protesta. Y, además, han arrestado a líderes de la oposición y dado un uso indebido a las leyes antiterroristas para negar la libertad bajo fianza a sus críticos.
NUEVA DELHI – Con cerca de 968 millones de personas registradas para ir las urnas, las próximas elecciones generales de la India (que se celebrarán a lo largo de varias semanas de abril y mayo) será el ejercicio democrático más grande de su historia. Sin embargo sobre ellas vuelan preguntas acerca del futuro de la democracia india misma.
Tras una década en que el Primer Ministro y su Partido Bharatiya Janata (BJP) han tenido las riendas del poder, la cultura y las instituciones democráticas del país han quedado muy afectadas. Con demasiada frecuencia, el régimen del BJP ha amenazado las manifestaciones de disenso y, en consecuencia, la cultura democrática de la nación se ha ido alejando del pluralismo. Es evidente que las libertades civiles y de expresión han sufrido presiones, con la represión e intimidación del partido a sus oponentes políticos, manifestantes estudiantiles, organizaciones mediáticas, periodistas independientes y organizaciones de defensa de los derechos humanos.
Entre otras cosas, las autoridades han apuntado y arrestado a periodistas y activistas con acusaciones de sedición, sencillamente porque daban cobertura a manifestaciones de agricultores y pusieron al descubierto abusos de poder. Han presionado a plataformas de redes sociales y periódicos de prensa masiva para que retiren contenidos críticos hacia el régimen. Han cerrado cuentas de redes sociales y el acceso a internet en áreas donde se están organizando manifestaciones de protesta. Y, además, han arrestado a líderes de la oposición y dado un uso indebido a las leyes antiterroristas para negar la libertad bajo fianza a sus críticos.