CHICAGO – Al reclamar para sí el poder de aplicar una política migratoria propia (aunque se contradiga con la legislación federal), Texas ha reiniciado un debate sobre el federalismo que es tan viejo como Estados Unidos. Pero puesto que muchos de los participantes justifican sus posiciones invocando el pasado, es crucial contar la historia como fue.
Muchos citan la Guerra Civil como analogía (y advertencia) para el momento actual. Pero la referencia más exacta no es la guerra en sí, sino las cinco décadas de conflicto constitucional en gestación que la precedieron. Las semejanzas entre esos años y la actualidad deberían ser un llamado de atención para todos. En 1820, Thomas Jefferson describió los reclamos de derechos para los estados como una «alarma de incendio en plena noche», que amenazaba con hacer sonar «el toque de difuntos de la Unión».
En vísperas de la Guerra Civil, el presidente de los Estados Unidos Abraham Lincoln proclamó en su primer discurso inaugural que «la Unión de estos Estados es perpetua». Lo mismo hubiera podido decir: «El conflicto sobre la estructura de la Unión es perpetuo»: lo ha sido desde que los redactores de la Constitución pusieron plumas a la obra en 1787.
CHICAGO – Al reclamar para sí el poder de aplicar una política migratoria propia (aunque se contradiga con la legislación federal), Texas ha reiniciado un debate sobre el federalismo que es tan viejo como Estados Unidos. Pero puesto que muchos de los participantes justifican sus posiciones invocando el pasado, es crucial contar la historia como fue.
Muchos citan la Guerra Civil como analogía (y advertencia) para el momento actual. Pero la referencia más exacta no es la guerra en sí, sino las cinco décadas de conflicto constitucional en gestación que la precedieron. Las semejanzas entre esos años y la actualidad deberían ser un llamado de atención para todos. En 1820, Thomas Jefferson describió los reclamos de derechos para los estados como una «alarma de incendio en plena noche», que amenazaba con hacer sonar «el toque de difuntos de la Unión».
En vísperas de la Guerra Civil, el presidente de los Estados Unidos Abraham Lincoln proclamó en su primer discurso inaugural que «la Unión de estos Estados es perpetua». Lo mismo hubiera podido decir: «El conflicto sobre la estructura de la Unión es perpetuo»: lo ha sido desde que los redactores de la Constitución pusieron plumas a la obra en 1787.