tyson116_Kevork DjansezianGetty Images_california Kevork Djansezian/Getty Images

California, líder en temas climáticos

BERKELEY – Aunque la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP28) de este año en Dubái se centró en el acalorado debate entre los países sobre el futuro de los combustibles sólidos, una delegación estadounidense del estado California, encabezada por su gobernador, Gavin Newsom, se dedicó con empeño a lograr avances en la acción climática.

Además de lanzar una coalición de gobiernos subnacionales con el compromiso de reducir las emisiones de metano, California fue uno de los 14 gobiernos de regiones de clima mediterráneo que establecieron una asociación para aumentar la resiliencia contra el calor extremo, las sequías e incendios. El estado también se sumó a una alianza cuyos miembros se comprometieron a construir infraestructura de energía eólica costa afuera, con una capacidad conjunta de 380 gigavatios para 2030.

Los compromisos de California en la COP28 se suman a los memorandos de entendimiento sobre cambio climático y energías limpias que firmó recientemente con China (con quien Estados Unidos debe cooperar más estrechamente en acciones mundiales para combatir el cambio climático), Canadá, México, Australia y otros países. Por otra parte, este aluvión de actividad es solo el ejemplo más reciente de ese estado para desarrollar soluciones climáticas. El compromiso de larga data de California con la transición verde puso de relieve el poder de los gobiernos subnacionales para acelerar los avances hacia la reducción a cero de las emisiones netas.

Este año se cumplió el décimo aniversario del innovador sistema californiano de límites máximos y comercio de derechos de emisión, que cubre aproximadamente al 85 % de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) de ese estado. El programa fija un tope estricto a la contaminación de dióxido de carbono permitida y la reduce cada año, además de distribuir créditos transables de manera acorde, con lo que ofrece certidumbre a los empresarios.

Fijar un límite y precio a las emisiones produjo beneficios ambientales y económicos: durante la década que transcurrió desde la implementación del programa, las emisiones de GEI cayeron el 14 % (aunque otras políticas estatales complementarias también contribuyeron a esa reducción). La provincia canadiense de Quebec vinculó su propio programa de limitación y comercio al sistema californiano en 2014, y el estado de Washington planea unírseles para crear un mercado de carbono transnacional aún mayor.

Los sistemas de limitación y comercio, así como las normas ambientales, sociales y de gobernanza (ASG) y los compromisos de emisiones netas nulas, dependen del monitoreo, la información y verificación de las emisiones de dióxido de carbono. California también avanza con determinación en este frente: en septiembre, Newsom firmó dos proyectos de ley que obligan a las empresas a informar sus emisiones de GEI y riesgos financieros vinculados con el clima, la primera legislación de ese tipo en EE. UU. La Comisión de Valores y Bolsa de EE. UU. propuso, pero no aprobó, normas similares.

SPRING SALE: Save 40% on all new Digital or Digital Plus subscriptions
PS_Sales_Spring_1333x1000_V1

SPRING SALE: Save 40% on all new Digital or Digital Plus subscriptions

Subscribe now to gain greater access to Project Syndicate – including every commentary and our entire On Point suite of subscriber-exclusive content – starting at just $49.99.

Subscribe Now

Para combatir el cambio climático es necesario fijar metas ambiciosas para las energías renovables y diseñar grandes iniciativas de reducción de las emisiones; California ha hecho ambas cosas. Ese estado tiene la intención de producir el 100 % de la electricidad con métodos limpios para 2045 y, de acuerdo con su Norma de Carteras Renovables, exigirá que las empresas públicas obtengan el 60 % de la energía de fuentes renovables para 2030. Además, California invirtió mucho en plantas solares de gran escala, como la Granja Solar Topaz, uno de los mayores proyectos de energía solar del mundo.

Además, el Programa de Vehículos con Emisiones Nulas (VEN) de California, que cumplió su meta de vender 1,5 millones de VEN en el estado dos años antes de lo programado, impulsó a las automotrices a abandonar los motores de combustión interna y alentó la adopción de vehículos eléctricos en todo el país. Hace poco, Newsom anunció nuevas metas ambiciosas para el programa, entre ellas, que todos los nuevos vehículos de pasajeros que se vendan en el estado sean VEN para 2035.

Ocupar la vanguardia en la lucha contra el cambio climático del país no es nada nuevo para California, que cuenta con una larga historia de normas sobre el uso de la energía, que van desde restricciones para los artículos del hogar hasta códigos de construcción. Fue el primer estado en implementar normas de eficiencia energética mínima en 1974 —años antes de que se adoptaran las regulaciones federales— y en establecer una comisión de regulación energética. Esa es una de las razones por las que California tiene una de las tasas de consumo energético per cápita más bajas de EE. UU. De hecho, si el resto del país le hubiera seguido el ritmo en la reducción del uso de combustibles fósiles, las emisiones de GEI serían casi un 25 % menores.

California es un centro de innovación y, como tal, ha desempeñado un papel fundamental en la formación de las políticas de investigación y desarrollo nacionales. Como reflejo de las formidables capacidades de investigación y desarrollo de sus universidades —privadas y públicas— y laboratorios nacionales de primera categoría en el mundo, fue seleccionada recientemente como centro regional para el desarrollo del hidrógeno como combustible. Recibirá por ello USD 1200 millones del gobierno federal para acelerar el desarrollo y la implementación del hidrógeno verde, un combustible limpio potencialmente transformador, que podría contribuir a descarbonizar a la industria pesada y el transporte, y mejorar la producción energética local.

Silicon Valley ha sido fundamental para el enfoque innovador y orientado al futuro de California, y además influyó en su clima regulatorio. El estado aprobó normas y leyes sobre temas tecnológicos emergentes, desde la privacidad de la información hasta los vehículos autónomos. Por ejemplo, la Ley de Privacidad del Consumidor de California es una de las leyes de su tipo más amplias de EE. UU. y otorga un mayor control a las personas sobre su información personal. California también se dedicó a garantizar que el sector tecnológico esté al servicio del interés público: inició, entre otras cosas, acciones legales contra Meta por perjudicar la salud mental de los niños.

Tomemos por ejemplo a la inteligencia artificial generativa, Newsom emitió recientemente un decreto ejecutivo en el que reconoce que el estado, sede de 35 de las principales 50 empresas de IA del mundo, está en una situación única de responsabilidad para fomentar la innovación, y desarrollar políticas y regulaciones responsables. Dado el potencial de la IA como herramienta clave en la lucha contra el cambio climático, California hace bien en identificar y fomentar sus usos beneficiosos.

Demasiados estadounidenses se han acostumbrado a la disfuncionalidad gubernamental y la incapacidad del Congreso para aprobar legislación, de todas formas, cuando los esfuerzos nacionales —e incluso internacionales— para limitar el calentamiento global se quedan cortos, los gobiernos subnacionales, especialmente el estado de California, están logrando avances significativos, tanto dentro como fuera de sus fronteras.

Traducción al español por Ant-Translation

https://prosyn.org/NLbOOK5es