SINGAPUR – ¿De qué está hecho un viaje? Por supuesto, tiene que haber un punto de llegada; pero también está la ruta que uno sigue para llegar allí, y el tiempo que lleva completarla. Tal vez esto sirva de marco para pensar en la trayectoria futura de la inflación y de los tipos de interés; un viaje con importantes derivaciones respecto del costo del capital, las valoraciones y los múltiplos, la sostenibilidad de las deudas, etcétera.
El primer paso es comprender cómo llegamos adonde estamos. Cuando se levantaron las restricciones de tiempos de la pandemia, hubo en todo el mundo un gran aumento de la demanda, que en parte fue posible porque el generoso apoyo fiscal de los gobiernos durante la pandemia había dejado en buena situación los balances familiares y corporativos. Pero la expansión fiscal también provocó un marcado aumento de la deuda soberana, algo que tendrá consecuencias más adelante.
Cuando después de la pandemia aumentó la demanda, la oferta no pudo seguir el ritmo, y eso intensificó las presiones inflacionarias. Algunas de las restricciones a la oferta («bloqueos transitorios») fueron el resultado de cierres de empresas y desequilibrios causados por la pandemia, y se resolvieron en poco tiempo. Pero otras fueron más profundas, seculares y estructurales; y el exceso de demanda persistió. Al final, los grandes bancos centrales intervinieron con una veloz subida de tipos de interés para contener la demanda agregada. Y parece que sirvió: los índices de inflación han comenzado a disminuir.
SINGAPUR – ¿De qué está hecho un viaje? Por supuesto, tiene que haber un punto de llegada; pero también está la ruta que uno sigue para llegar allí, y el tiempo que lleva completarla. Tal vez esto sirva de marco para pensar en la trayectoria futura de la inflación y de los tipos de interés; un viaje con importantes derivaciones respecto del costo del capital, las valoraciones y los múltiplos, la sostenibilidad de las deudas, etcétera.
El primer paso es comprender cómo llegamos adonde estamos. Cuando se levantaron las restricciones de tiempos de la pandemia, hubo en todo el mundo un gran aumento de la demanda, que en parte fue posible porque el generoso apoyo fiscal de los gobiernos durante la pandemia había dejado en buena situación los balances familiares y corporativos. Pero la expansión fiscal también provocó un marcado aumento de la deuda soberana, algo que tendrá consecuencias más adelante.
Cuando después de la pandemia aumentó la demanda, la oferta no pudo seguir el ritmo, y eso intensificó las presiones inflacionarias. Algunas de las restricciones a la oferta («bloqueos transitorios») fueron el resultado de cierres de empresas y desequilibrios causados por la pandemia, y se resolvieron en poco tiempo. Pero otras fueron más profundas, seculares y estructurales; y el exceso de demanda persistió. Al final, los grandes bancos centrales intervinieron con una veloz subida de tipos de interés para contener la demanda agregada. Y parece que sirvió: los índices de inflación han comenzado a disminuir.