NUEVA DELI – La India entró en el segundo mes electoral y la mayoría de las expectativas convencionales ya sufrieron cambios importantes: los entendidos complacientes habían concluido hace ya mucho que el primer ministro Narendra Modi y su partido, el Partido Popular Indio (Bharatiya Janata Party, BJP), obtendrían una cómoda victoria; pero después de las dos primeras de las siete fases de las elecciones —en las que aproximadamente 190 circunscripciones electorales ya votaron— la situación ya no parece tan simple.
La Comisión electoral autónoma de la India prohíbe que se publiquen resultados de encuestas a boca de urna hasta que se hayan completado las siete fases (algo que ocurrirá el 1 de junio; y el resultado se conocerá el 4 de junio). Pero la lectura extraoficial del sentimiento de los votantes muestra sólidas señales de que al BJP no le está yendo bien; parece, sencillamente, que la gente no tiene motivos suficientes para votar a ese partido una tercera vez.
Quienes lo hicieron en 2014 con la ilusión de que cumpliera la promesa de impulsar la creación de empleos ya no tienen motivos a volver a votarlo: el desempleo aumentó significativamente durante su gestión, y aunque parece haber disminuido recientemente hay buenos motivos para creer que la tasa de desempleo real es muy superior a las cifras oficiales. Además, el ingreso cayó desde 2014 para una proporción impresionante de la población —el 80 %— y tanto el poder adquisitivo como el ahorro de los hogares colapsaron. Muchos culpan al gobierno por no haber protegido adecuadamente los programas de seguridad social.
NUEVA DELI – La India entró en el segundo mes electoral y la mayoría de las expectativas convencionales ya sufrieron cambios importantes: los entendidos complacientes habían concluido hace ya mucho que el primer ministro Narendra Modi y su partido, el Partido Popular Indio (Bharatiya Janata Party, BJP), obtendrían una cómoda victoria; pero después de las dos primeras de las siete fases de las elecciones —en las que aproximadamente 190 circunscripciones electorales ya votaron— la situación ya no parece tan simple.
La Comisión electoral autónoma de la India prohíbe que se publiquen resultados de encuestas a boca de urna hasta que se hayan completado las siete fases (algo que ocurrirá el 1 de junio; y el resultado se conocerá el 4 de junio). Pero la lectura extraoficial del sentimiento de los votantes muestra sólidas señales de que al BJP no le está yendo bien; parece, sencillamente, que la gente no tiene motivos suficientes para votar a ese partido una tercera vez.
Quienes lo hicieron en 2014 con la ilusión de que cumpliera la promesa de impulsar la creación de empleos ya no tienen motivos a volver a votarlo: el desempleo aumentó significativamente durante su gestión, y aunque parece haber disminuido recientemente hay buenos motivos para creer que la tasa de desempleo real es muy superior a las cifras oficiales. Además, el ingreso cayó desde 2014 para una proporción impresionante de la población —el 80 %— y tanto el poder adquisitivo como el ahorro de los hogares colapsaron. Muchos culpan al gobierno por no haber protegido adecuadamente los programas de seguridad social.