NUEVA YORK – La lista de casos de la Corte Suprema de EE. UU. incluyó la semana pasada al destino de la democracia de ese país cuando los abogados discutieron sobre la naturaleza y los límites de la inmunidad presidencial. El caso que trata la Corte está relacionado con las acusaciones penales federales al expresidente Donald Trump por el supuesto intento de frustrar la transición pacífica del poder tras las elecciones de 2020: se lo acusa de solicitar de manera fraudulenta a funcionarios estatales que «encontraran» votos inexistentes a su favor y de coaccionar al vicepresidente Mike Pence para que certificara electores falsos, cuyos votos, de haber sido aceptados, hubieran permitido que Trump mantuviese el cargo.
Sus abogados afirman que solo un juicio político del Congreso puede vulnerar la inmunidad presidencial absoluta. El alcance de esa afirmación es increíble, ante ella, la jueza de la Corte Suprema Sonia Sotomayor preguntó si un presidente puede ordenar a los militares que asesinen a un rival político; otra jueza de la Corte Suprema, Elena Kagan, preguntó si el presidente podría vender secretos nucleares a adversario extranjero o intentar un golpe de Estado contra el gobierno.
Sí, respondió el abogado de Trump, D. John Sauer, siempre que sean «actos oficiales». ¿Pero no predispondría eso a los futuros presidentes «a cometer delitos»?, preguntó la jueza Ketanji Brown Jackson. ¿Qué impediría, se preguntó, que un presidente «convierta al Despacho Oval en la sede de las actividades criminales del país»?
NUEVA YORK – La lista de casos de la Corte Suprema de EE. UU. incluyó la semana pasada al destino de la democracia de ese país cuando los abogados discutieron sobre la naturaleza y los límites de la inmunidad presidencial. El caso que trata la Corte está relacionado con las acusaciones penales federales al expresidente Donald Trump por el supuesto intento de frustrar la transición pacífica del poder tras las elecciones de 2020: se lo acusa de solicitar de manera fraudulenta a funcionarios estatales que «encontraran» votos inexistentes a su favor y de coaccionar al vicepresidente Mike Pence para que certificara electores falsos, cuyos votos, de haber sido aceptados, hubieran permitido que Trump mantuviese el cargo.
Sus abogados afirman que solo un juicio político del Congreso puede vulnerar la inmunidad presidencial absoluta. El alcance de esa afirmación es increíble, ante ella, la jueza de la Corte Suprema Sonia Sotomayor preguntó si un presidente puede ordenar a los militares que asesinen a un rival político; otra jueza de la Corte Suprema, Elena Kagan, preguntó si el presidente podría vender secretos nucleares a adversario extranjero o intentar un golpe de Estado contra el gobierno.
Sí, respondió el abogado de Trump, D. John Sauer, siempre que sean «actos oficiales». ¿Pero no predispondría eso a los futuros presidentes «a cometer delitos»?, preguntó la jueza Ketanji Brown Jackson. ¿Qué impediría, se preguntó, que un presidente «convierta al Despacho Oval en la sede de las actividades criminales del país»?