BOSTON – El antiguo concepto chino de yin y yang es prueba de la tendencia humana a ver en todas partes patrones de opuestos entrelazados. Esta predilección ha dado curso a una variedad de teorías que hablan de ciclos naturales en los fenómenos sociales y económicos. Así como el gran filósofo medieval árabe Ibn Jaldún veía la ruta hacia el derrumbe final de un imperio prefigurada en su ascenso, el economista del siglo XX Nikolai Kondratiev postuló que la economía mundial moderna sigue ciclos a largo plazo llamados «ondas largas».
Pero ninguna teoría ha sido tan popular como la que (ya desde Karl Marx) vincula la destrucción de un conjunto de relaciones productivas con la creación de otro. En 1913, el economista alemán Werner Sombart observó que «de la destrucción surge un nuevo espíritu de creación».
Fue el economista austríaco Joseph Schumpeter quien popularizó y amplió el alcance de la tesis del reemplazo constante de tecnologías dominantes y la caída de viejos mastodontes industriales como resultado de la innovación. Muchos científicos sociales se basaron en la idea schumpeteriana de «destrucción creativa» para explicar el proceso de innovación y sus consecuencias generales; al hacerlo, también identificaron las tensiones inherentes al concepto. Por ejemplo, ¿es la destrucción motor de creación o un subproducto inevitable de ella? O lo que es más importante, ¿es toda destrucción inevitable?
BOSTON – El antiguo concepto chino de yin y yang es prueba de la tendencia humana a ver en todas partes patrones de opuestos entrelazados. Esta predilección ha dado curso a una variedad de teorías que hablan de ciclos naturales en los fenómenos sociales y económicos. Así como el gran filósofo medieval árabe Ibn Jaldún veía la ruta hacia el derrumbe final de un imperio prefigurada en su ascenso, el economista del siglo XX Nikolai Kondratiev postuló que la economía mundial moderna sigue ciclos a largo plazo llamados «ondas largas».
Pero ninguna teoría ha sido tan popular como la que (ya desde Karl Marx) vincula la destrucción de un conjunto de relaciones productivas con la creación de otro. En 1913, el economista alemán Werner Sombart observó que «de la destrucción surge un nuevo espíritu de creación».
Fue el economista austríaco Joseph Schumpeter quien popularizó y amplió el alcance de la tesis del reemplazo constante de tecnologías dominantes y la caída de viejos mastodontes industriales como resultado de la innovación. Muchos científicos sociales se basaron en la idea schumpeteriana de «destrucción creativa» para explicar el proceso de innovación y sus consecuencias generales; al hacerlo, también identificaron las tensiones inherentes al concepto. Por ejemplo, ¿es la destrucción motor de creación o un subproducto inevitable de ella? O lo que es más importante, ¿es toda destrucción inevitable?