BERKELEY – En Estados Unidos, la tasa de interés real segura de largo plazo -el retorno ajustado por inflación sobre inversiones de bajo riesgo como los bonos del Tesoro- es, junto con las “condiciones financieras”, el mecanismo clave que influye tanto en el incentivo para construir como en el equilibro de las exportaciones netas (debido a su efecto en el tipo de cambio).
Desde principios de marzo hasta mediados de mayo de 2022, esta métrica saltó más de un punto porcentual en tanto el mercado de bonos percibió que la Reserva Federal de Estados Unidos pronto cesaría en sus esfuerzos de promover una recuperación acelerada del empleo después de la pandemia. Luego, desde fines de agosto hasta principios de octubre de 2022, volvió a saltar, esta vez 1,5 puntos porcentuales anualizados, en tanto los operadores de bonos empezaron a especular que la Fed podría tener que ajustar la política monetaria para evitar una inflación persistente en una economía que había regresado al pleno empleo.
Fueron estas dos alzas las que crearon la configuración actual de las tasas de interés. Las tasas hoy están mucho más altas -alrededor de dos puntos porcentuales- que el nivel que cualquiera habría considerado que era la tasa “neutral” hace cinco años (antes de la pandemia).
BERKELEY – En Estados Unidos, la tasa de interés real segura de largo plazo -el retorno ajustado por inflación sobre inversiones de bajo riesgo como los bonos del Tesoro- es, junto con las “condiciones financieras”, el mecanismo clave que influye tanto en el incentivo para construir como en el equilibro de las exportaciones netas (debido a su efecto en el tipo de cambio).
Desde principios de marzo hasta mediados de mayo de 2022, esta métrica saltó más de un punto porcentual en tanto el mercado de bonos percibió que la Reserva Federal de Estados Unidos pronto cesaría en sus esfuerzos de promover una recuperación acelerada del empleo después de la pandemia. Luego, desde fines de agosto hasta principios de octubre de 2022, volvió a saltar, esta vez 1,5 puntos porcentuales anualizados, en tanto los operadores de bonos empezaron a especular que la Fed podría tener que ajustar la política monetaria para evitar una inflación persistente en una economía que había regresado al pleno empleo.
Fueron estas dos alzas las que crearon la configuración actual de las tasas de interés. Las tasas hoy están mucho más altas -alrededor de dos puntos porcentuales- que el nivel que cualquiera habría considerado que era la tasa “neutral” hace cinco años (antes de la pandemia).