BRUSELAS – En el periodo previo a la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP27), que se realizará en Sharm El-Sheikh, la crisis energética que está sufriendo el planeta ha intensificado el debate sobre qué políticas deberían priorizar los países en desarrollo. Algunos plantean que los países pobres deberían impulsar primero el desarrollo en lugar de la descarbonización, mientras otros promueven un “desarrollo verde” que implicaría un salto que omita del todo los combustibles fósiles.
Al mismo tiempo, los países ricos, las instituciones multilaterales e importantes prestatarios como China están retirando gradualmente la financiación del desarrollo de proyectos basados en combustibles fósiles, a pesar de estar reabriendo sus propias centrales de carbón. ¿Qué se supone que deberían pensar los países en desarrollo?
Para aprovechar los altos precios del petróleo y el gas, algunos están licitando sus turberas y bosques a empresas petroleras y mineras. El principal representante climático de la República Democrática del Congo no escatimó palabas al declarar que la prioridad de su país es lograr un mayor crecimiento, “no salvar el planeta”.
Es comprensible este modo de enmarcar el asunto, dado el prolongado incumplimiento del mundo rico de sus promesas de ayuda al Sur Global para mitigar el cambio climático y adaptarse a él. Sin embargo, la supuesta incompatibilidad entre desarrollo económico y políticas verdes resulta poco convincente, o al menos sufre de un alto nivel de cortoplacismo.
Estudio tras estudio han demostrado que los efectos catastróficos de un cambio climático desenfrenado se sentirán primero y con mayor fuerza en los países más pobres. (De hecho, al escribir estas líneas, un tercio de Pakistán estaba bajo el agua). Eso implica que no existen escenarios futuros viables en que el Sur Global utilice combustibles fósiles para escapar de la pobreza e invierta en descarbonización después. Si se sigue el mismo camino que tomaron los países ricos se llegará al desastre climático. Como todos los demás, los países pobres deben contribuir tanto como sea posible al esfuerzo de descarbonización global, no por salvar el planeta” (que se las puede arreglar perfectamente sin nosotros), sino para salvarnos a nosotros mismos de peores y más intensas sequías, inundaciones, hambrunas e inestabilidad.
Study after study has shown that the catastrophic effects of unfettered climate change will be felt first and most acutely in poorer countries. (In fact, at the time of this writing, one-third of Pakistan is underwater.) That means there is no viable future scenario in which the Global South will use fossil fuels to escape destitution and invest in decarbonization only later. Following the same path that rich countries took will lead to climate havoc. Like everyone else, poor countries need to contribute as much as possible to the global decarbonization effort not to “save the planet” (which will be fine without us) but to save themselves from even more severe droughts, floods, famines, and instability.
Más aún, la idea de que un crecimiento económico altamente contaminante se debiera priorizar por encima de las inversiones verdes se sustenta en la premisa de que en el futuro habrá un mercado para este tipo de productos. Pero, si vemos más allá del corto plazo, ya está claro que una combinación de cambiantes preferencias de consumo, gravámenes fronterizos al carbón, cláusulas de sostenibilidad en tratados de comercio, y varias exigencias normativas y estándares de etiquetado en los países ricos convertirán en una mala inversión las opciones contaminantes.
Moreover, the idea that highly polluting economic growth should be prioritized over green investments rests on the premise that there will be a market for highly polluting goods in the future. But looking beyond the short term, it is already clear that a combination of changing consumer preferences, carbon border taxes, sustainability provisions in trade treaties, and various regulatory requirements and labeling standards in rich countries will render pollution-intensive options a bad investment.
En este futuro probable, los países en desarrollo podrían quedarse abarrotados de productos y tecnologías considerados por el resto del planeta como anticuados o inferiores, sea por tener componentes de motores de combustión, prendas de vestir de “moda rápida”, plásticos no reciclables, o combustibles fósiles.
In this likely future, developing countries could end up locked into products and technologies that the rest of the world regards as antiquated or inferior – be it internal combustion engine components, “fast fashion” garments, unrecyclable plastics, or fossil fuels.
Merece la pena recordar que cada uno de los “milagros” de desarrollo desde la década de 1950 – sean el Japón de posguerra, los Tigres Asiáticos, Indonesia o China – se basó en una rápida expansión de exportaciones destinadas a países ricos, industrializados y de alto consumo. Los países que dependan de productos altamente contaminantes no tendrán esa oportunidad. En su lugar, se espera que sectores como los vehículos eléctricos (VE), las baterías y el hidrógeno verde experimenten un crecimiento exponencial.
It is worth remembering that every single development “miracle” since the 1950s – be it postwar Japan, the Asian Tigers, Indonesia, or China – was sustained by a rapid expansion of exports that were destined for rich, industrialized, high-consuming countries. No such opportunity will exist for countries that are reliant on highly polluting products. Among the sectors that are instead widely expected to experience exponential growth in the years ahead are electric vehicles (EVs), batteries, and green hydrogen.
Algunos siguen sin convencerse, sustentándose en que el único crecimiento económico rápido de la historia humana ocurrió gracias a los combustibles fósiles. Pero eso un poco como concluir al comienzo del siglo veinte que “es improbable que el ser humano pueda avanzar sin el caballo”, y elegir especializarse en tecnologías de coches y carruajes.Lo que funcionó en el pasado, no necesariamente lo hará en el futuro.
Some remain unconvinced, based on the observation that the only rapid economic growth in human history was powered by fossil fuels. But this is a bit like concluding at the beginning of the twentieth century that “it is not probable that man will ever be able to get along without the horse,” and choosing to specialize in horse-carriage technology. What worked in the past will not necessarily work in the future.
Por último, la narrativa de la incompatibilidad supone que las opciones contaminantes son más baratas, mientras que las tecnologías verdes son un lujo que solo los países ricos se pueden permitir. Si bien de momento eso puede ser cierto, la brecha se está cerrando con rapidez y la opción verde pronto será más barata.
Finally, the tradeoff narrative assumes that highly polluting options are cheaper, whereas green technologies are a luxury that only affluent countries can afford. Yet even if this is true at the moment, the gap is rapidly shrinking; the green option will soon be cheaper, too.
Esto ya es cierto para la energía solar y eólica en muchas partes del mundo, y los VE, las alternativas a la carne y otros productos sin duda seguirán el mismo camino. Debido a grandes inversiones públicas y privadas - como las del Pacto Verde Europeo o la Ley de Reducción de la Inflación (IRA) – se acelerará el ritmo de paso de las tecnologías verdes por la curva de costes, reduciendo los costes mundiales de la transición energética, y haciendo que el desarrollo basado en combustibles fósiles sea relativamente más costoso.
This is already true of solar and wind energy in many parts of the world, and EVs, meat alternatives, and other products are sure to follow the same path. Owing to large public and private investments – such as those in the European Green Deal or the US Inflation Reduction Act – green technologies’ descent down the cost curve will accelerate, abating the costs of the energy transition worldwide, and making fossil-fueled development relatively more expensive.
Algunos países del Sur Global ya están poniendo en práctica estos principios. Por ejemplo, Etiopía se propone convertirse en país de ingresos medios mediante la construcción de una economía verde, con inversiones en reforestación, renovables y mejores sistemas de transporte. Y, de manera similar, Kenia se ha convertido en país pionero de la reducción de las emisiones de carbono.
Some countries in the Global South are already putting these principles into practice. Ethiopia, for example, aims to reach middle-income status by building a green economy, with investments in afforestation, renewables, and improved transportation systems. And Kenya likewise has become a low-carbon trailblazer.
Como observaRicardo Hausmann de la Universidad de Harvard “el desarrollo verde” ya no es un oxímoron. Por el contrario, es la única opción realista. Para lograr un crecimiento sostenido, cada país debe determinar cómo puede contribuir a la cadena de suministro verde global, según sus respectivas ventajas comparativas. Estas pueden ser la extracción de las materias primas necesarias para la transición verde, producir y exportar electricidad e hidrógeno avanzados, o la fabricación misma de productos verdes.
University observes, “green development” is no longer an oxymoron. On the contrary, it is the only realistic option. To achieve sustained growth, each country must determine how it can best contribute to the global green supply chain, based on its comparative advantages. These may lie in extracting the raw materials needed for the green transition, producing and exporting renewable electricity and hydrogen, or manufacturing advanced green products at home.
De cualquier modo, el crecimiento en las próximas décadas será verde. Los países que no suban a bordo ahora se arriesgan a quedarse atrás.
Either way, growth in the coming decades will be green. Countries that don’t get on board now risk being left behind.
Traducido del inglés por David Meléndez Tormen
BRUSELAS – En el periodo previo a la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP27), que se realizará en Sharm El-Sheikh, la crisis energética que está sufriendo el planeta ha intensificado el debate sobre qué políticas deberían priorizar los países en desarrollo. Algunos plantean que los países pobres deberían impulsar primero el desarrollo en lugar de la descarbonización, mientras otros promueven un “desarrollo verde” que implicaría un salto que omita del todo los combustibles fósiles.
Al mismo tiempo, los países ricos, las instituciones multilaterales e importantes prestatarios como China están retirando gradualmente la financiación del desarrollo de proyectos basados en combustibles fósiles, a pesar de estar reabriendo sus propias centrales de carbón. ¿Qué se supone que deberían pensar los países en desarrollo?
Para aprovechar los altos precios del petróleo y el gas, algunos están licitando sus turberas y bosques a empresas petroleras y mineras. El principal representante climático de la República Democrática del Congo no escatimó palabas al declarar que la prioridad de su país es lograr un mayor crecimiento, “no salvar el planeta”.
Es comprensible este modo de enmarcar el asunto, dado el prolongado incumplimiento del mundo rico de sus promesas de ayuda al Sur Global para mitigar el cambio climático y adaptarse a él. Sin embargo, la supuesta incompatibilidad entre desarrollo económico y políticas verdes resulta poco convincente, o al menos sufre de un alto nivel de cortoplacismo.
Estudio tras estudio han demostrado que los efectos catastróficos de un cambio climático desenfrenado se sentirán primero y con mayor fuerza en los países más pobres. (De hecho, al escribir estas líneas, un tercio de Pakistán estaba bajo el agua). Eso implica que no existen escenarios futuros viables en que el Sur Global utilice combustibles fósiles para escapar de la pobreza e invierta en descarbonización después. Si se sigue el mismo camino que tomaron los países ricos se llegará al desastre climático. Como todos los demás, los países pobres deben contribuir tanto como sea posible al esfuerzo de descarbonización global, no por salvar el planeta” (que se las puede arreglar perfectamente sin nosotros), sino para salvarnos a nosotros mismos de peores y más intensas sequías, inundaciones, hambrunas e inestabilidad.
Study after study has shown that the catastrophic effects of unfettered climate change will be felt first and most acutely in poorer countries. (In fact, at the time of this writing, one-third of Pakistan is underwater.) That means there is no viable future scenario in which the Global South will use fossil fuels to escape destitution and invest in decarbonization only later. Following the same path that rich countries took will lead to climate havoc. Like everyone else, poor countries need to contribute as much as possible to the global decarbonization effort not to “save the planet” (which will be fine without us) but to save themselves from even more severe droughts, floods, famines, and instability.
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Más aún, la idea de que un crecimiento económico altamente contaminante se debiera priorizar por encima de las inversiones verdes se sustenta en la premisa de que en el futuro habrá un mercado para este tipo de productos. Pero, si vemos más allá del corto plazo, ya está claro que una combinación de cambiantes preferencias de consumo, gravámenes fronterizos al carbón, cláusulas de sostenibilidad en tratados de comercio, y varias exigencias normativas y estándares de etiquetado en los países ricos convertirán en una mala inversión las opciones contaminantes.
Moreover, the idea that highly polluting economic growth should be prioritized over green investments rests on the premise that there will be a market for highly polluting goods in the future. But looking beyond the short term, it is already clear that a combination of changing consumer preferences, carbon border taxes, sustainability provisions in trade treaties, and various regulatory requirements and labeling standards in rich countries will render pollution-intensive options a bad investment.
En este futuro probable, los países en desarrollo podrían quedarse abarrotados de productos y tecnologías considerados por el resto del planeta como anticuados o inferiores, sea por tener componentes de motores de combustión, prendas de vestir de “moda rápida”, plásticos no reciclables, o combustibles fósiles.
In this likely future, developing countries could end up locked into products and technologies that the rest of the world regards as antiquated or inferior – be it internal combustion engine components, “fast fashion” garments, unrecyclable plastics, or fossil fuels.
Merece la pena recordar que cada uno de los “milagros” de desarrollo desde la década de 1950 – sean el Japón de posguerra, los Tigres Asiáticos, Indonesia o China – se basó en una rápida expansión de exportaciones destinadas a países ricos, industrializados y de alto consumo. Los países que dependan de productos altamente contaminantes no tendrán esa oportunidad. En su lugar, se espera que sectores como los vehículos eléctricos (VE), las baterías y el hidrógeno verde experimenten un crecimiento exponencial.
It is worth remembering that every single development “miracle” since the 1950s – be it postwar Japan, the Asian Tigers, Indonesia, or China – was sustained by a rapid expansion of exports that were destined for rich, industrialized, high-consuming countries. No such opportunity will exist for countries that are reliant on highly polluting products. Among the sectors that are instead widely expected to experience exponential growth in the years ahead are electric vehicles (EVs), batteries, and green hydrogen.
Algunos siguen sin convencerse, sustentándose en que el único crecimiento económico rápido de la historia humana ocurrió gracias a los combustibles fósiles. Pero eso un poco como concluir al comienzo del siglo veinte que “es improbable que el ser humano pueda avanzar sin el caballo”, y elegir especializarse en tecnologías de coches y carruajes.Lo que funcionó en el pasado, no necesariamente lo hará en el futuro.
Some remain unconvinced, based on the observation that the only rapid economic growth in human history was powered by fossil fuels. But this is a bit like concluding at the beginning of the twentieth century that “it is not probable that man will ever be able to get along without the horse,” and choosing to specialize in horse-carriage technology. What worked in the past will not necessarily work in the future.
Por último, la narrativa de la incompatibilidad supone que las opciones contaminantes son más baratas, mientras que las tecnologías verdes son un lujo que solo los países ricos se pueden permitir. Si bien de momento eso puede ser cierto, la brecha se está cerrando con rapidez y la opción verde pronto será más barata.
Finally, the tradeoff narrative assumes that highly polluting options are cheaper, whereas green technologies are a luxury that only affluent countries can afford. Yet even if this is true at the moment, the gap is rapidly shrinking; the green option will soon be cheaper, too.
Esto ya es cierto para la energía solar y eólica en muchas partes del mundo, y los VE, las alternativas a la carne y otros productos sin duda seguirán el mismo camino. Debido a grandes inversiones públicas y privadas - como las del Pacto Verde Europeo o la Ley de Reducción de la Inflación (IRA) – se acelerará el ritmo de paso de las tecnologías verdes por la curva de costes, reduciendo los costes mundiales de la transición energética, y haciendo que el desarrollo basado en combustibles fósiles sea relativamente más costoso.
This is already true of solar and wind energy in many parts of the world, and EVs, meat alternatives, and other products are sure to follow the same path. Owing to large public and private investments – such as those in the European Green Deal or the US Inflation Reduction Act – green technologies’ descent down the cost curve will accelerate, abating the costs of the energy transition worldwide, and making fossil-fueled development relatively more expensive.
Algunos países del Sur Global ya están poniendo en práctica estos principios. Por ejemplo, Etiopía se propone convertirse en país de ingresos medios mediante la construcción de una economía verde, con inversiones en reforestación, renovables y mejores sistemas de transporte. Y, de manera similar, Kenia se ha convertido en país pionero de la reducción de las emisiones de carbono.
Some countries in the Global South are already putting these principles into practice. Ethiopia, for example, aims to reach middle-income status by building a green economy, with investments in afforestation, renewables, and improved transportation systems. And Kenya likewise has become a low-carbon trailblazer.
Como observaRicardo Hausmann de la Universidad de Harvard “el desarrollo verde” ya no es un oxímoron. Por el contrario, es la única opción realista. Para lograr un crecimiento sostenido, cada país debe determinar cómo puede contribuir a la cadena de suministro verde global, según sus respectivas ventajas comparativas. Estas pueden ser la extracción de las materias primas necesarias para la transición verde, producir y exportar electricidad e hidrógeno avanzados, o la fabricación misma de productos verdes.
University observes, “green development” is no longer an oxymoron. On the contrary, it is the only realistic option. To achieve sustained growth, each country must determine how it can best contribute to the global green supply chain, based on its comparative advantages. These may lie in extracting the raw materials needed for the green transition, producing and exporting renewable electricity and hydrogen, or manufacturing advanced green products at home.
De cualquier modo, el crecimiento en las próximas décadas será verde. Los países que no suban a bordo ahora se arriesgan a quedarse atrás.
Either way, growth in the coming decades will be green. Countries that don’t get on board now risk being left behind.
Traducido del inglés por David Meléndez Tormen