WASHINGTON, DC – La guerra de Ucrania y la respuesta internacional serán un factor decisivo del orden político y económico mundial durante la próxima década. En particular, las acciones de la alianza occidental, sus narrativas y sus planes en relación con Rusia y con el papel del Sur Global en la reconstrucción de Ucrania en la posguerra actuarán como indicadores de sus objetivos estratégicos a largo plazo. ¿Occidente sólo busca ver a Rusia derrotada y a la OTAN ampliada y fortalecida, o es capaz de imaginar una «victoria» en Ucrania que siente las bases de un mundo donde la democracia esté más protegida y la gobernanza global sea más inclusiva y eficaz?
Aunque el resultado de los combates todavía es incierto, los objetivos estratégicos de Occidente (en particular el trato que dará a Rusia si Ucrania resulta vencedora) tendrán inmensas consecuencias. La gran pregunta es si los aliados buscarán castigar a Rusia como un todo imponiéndole graves medidas reparatorias, o si en cambio apuntarán solamente al régimen autocrático del presidente Vladímir Putin en formas que limiten los costos para el pueblo ruso.
Al principio de la guerra, la alianza occidental recalcó que sus objetivos principales eran defender la Carta de las Naciones Unidas y la democracia. Unos meses después, algunos estrategas y funcionarios estadounidenses propugnaron como objetivo estratégico el debilitamiento permanente de Rusia, aunque no está clara la continuidad de dicho objetivo si en Moscú se diera un cambio de régimen.
WASHINGTON, DC – La guerra de Ucrania y la respuesta internacional serán un factor decisivo del orden político y económico mundial durante la próxima década. En particular, las acciones de la alianza occidental, sus narrativas y sus planes en relación con Rusia y con el papel del Sur Global en la reconstrucción de Ucrania en la posguerra actuarán como indicadores de sus objetivos estratégicos a largo plazo. ¿Occidente sólo busca ver a Rusia derrotada y a la OTAN ampliada y fortalecida, o es capaz de imaginar una «victoria» en Ucrania que siente las bases de un mundo donde la democracia esté más protegida y la gobernanza global sea más inclusiva y eficaz?
Aunque el resultado de los combates todavía es incierto, los objetivos estratégicos de Occidente (en particular el trato que dará a Rusia si Ucrania resulta vencedora) tendrán inmensas consecuencias. La gran pregunta es si los aliados buscarán castigar a Rusia como un todo imponiéndole graves medidas reparatorias, o si en cambio apuntarán solamente al régimen autocrático del presidente Vladímir Putin en formas que limiten los costos para el pueblo ruso.
Al principio de la guerra, la alianza occidental recalcó que sus objetivos principales eran defender la Carta de las Naciones Unidas y la democracia. Unos meses después, algunos estrategas y funcionarios estadounidenses propugnaron como objetivo estratégico el debilitamiento permanente de Rusia, aunque no está clara la continuidad de dicho objetivo si en Moscú se diera un cambio de régimen.